Pastor de aeropuerto: entre el cielo y la tierra

Gudrun Bauer recuerda perfectamente aquel día terrible, hace un año. Esta mujer de 66 años esperaba a su hermano mayor en la sala de llegadas. Ella lo había llamado por teléfono a Múnich la noche anterior para pedirle que viniera a Düsseldorf lo más pronto posible.

Gudrun estaba enferma y necesitaba su apoyo, le dijo. Pero el verdadero motivo de la llamada era en realidad más triste: su hermano tenía una hija única – su sobrina – que residía en este Estado de Renania del Norte Westfalia y acababa de fallecer en un accidente automovilístico.

“Estaba desconsolada”

Bauer estaba en schock, absolutamente perpleja, desconsolada.  ¿Cómo decirle a su hermano que su hija adorada, la que él habría preferido tener siempre cerca en Múnich, estaba ahora muerta? No se atrevía.

Por suerte, Gudrun Bauer recordó un reportaje televisivo sobre el pastor del aeropuerto. Así que lo buscó y le pidió ayuda. Detlef Toonen, párroco evangélico del aeropuerto de Düsseldorf, supo enseguida qué hacer.

Toonen recibió al anciano y le transmitió la dramática noticia. Cuando el hermano de Gudrun se deshizo en lágrimas, el religioso halló las palabras adecuadas para consolarlo en su dolor. Estos casos son parte del trabajo diario de Detlef Toonen, presente desde 2006 en las terminales de Düsseldorf, para confortar a pasajeros y sus familiares en momentos duros.

Muerte a bordo

Unos 50.000 a 60.000 pasajeros pasan diariamente por el aeropuerto de Düsseldorf. La misión del pastor consiste en cuidar de ellos, acompañarlos, escucharlos, hablarles: “por supuesto existen situaciones de emergencia. Las más frecuentes involucran personas que fallecen a bordo o en sus vacaciones, en un lugar lejano, en vez de aterrizar aquí con vida como alguien espera”.

El pastor debe informar a los miembros de la familia, al tiempo que se ofrece para brindarles el primer consuelo. Toonen se ocupa también de inmigrantes que serán desplazados de Alemania. Los acompaña en sus últimas horas en el aeropuerto, antes de que se los obligue a regresar a su país de origen y, con ello, las más de las veces, a la incertidumbre.

“Con una mano delante y otra detrás”

Toonen, de 54 años, realiza también una labor social que, a primera vista, no pertenecen a su misión religiosa en el aeropuerto. El pastor recibe, por ejemplo, a alemanes que regresan a su país sin recursos luego de largas estancias en el extranjero. Con frecuencia estos pasajeros se regresan desde EE.UU., Tailandia, el Caribe, las Islas Canarias, Baleares y recientemente también desde el Cercano Oriente, apenas “con una mano delante y la otra detrás”.

Hace poco tuvo uno de estros casos: “un alemán que había vivido como dos años ilegal en EE.UU. Había ingresado como turista y se le había vencido la visa. Las autoridades americanas lo encerraron en prisión y luego lo deportaron a Alemania”. Tonnen se encargó de recibirlo y acompañarlo en el camino a su antiguo lugar de residencia.

Experiencias positivas

Antes de asumir esta responsabilidad Detlef Toonen fue pastor durante 12 años en una comunidad de Oberhausen, en la Cuenca del Ruhr, que pertenece también al Estado de Renania del Norte Westfalia. Además, daba clases en escuelas de oficios. Aceptó con entusiasmo la oferta de convertirse en pastor de aeropuerto.

Su trabajo es diverso, dice Toonen, y en él vive también muchas experiencias positivas. En un sitio conmemorativo especial del tercer piso el párroco oficia misas al inicio de las vacaciones de verano. Si se lo solicitan, bendice también a los viajeros antes de echar a volar.

Justo hace unos días bendijo a una familia que viajó a donde unos amigos en África, por medio año: “madre, padre, dos niños, ojos brillantes y grandes expectativas. Me preguntaron si podía estar presente cuando despegaran”. El pastor se retiró con la familia a un espacio de meditación e hizo sólo para ellos una pequeña ceremonia de despedida.

“En contacto con Dios y con el Mundo”

El día de trabajo de Detlef Toonen dura oficialmente 8 horas, pero muchas veces su jornada acaba más bien tarde en la noche, pues las situaciones de emergencia no se pueden planear. El pastor está a disposición de los pasajeros y de los 18.000 trabajadores del aeropuerto.

Cuando tiene tiempo, Toonen recorre las terminales y le habla a los pasajeros. La Iglesia no sólo está presente en situaciones de emergencia, dice el pastor. “Siempre digo: ‘Yo estoy ahí, en contacto con Dios y con El Mundo. Soy parte del personal de Dios en la Tierra’”.

Por eso, para Toonen, su misión en el aeropuerto consiste en establecer contacto con las personas, preguntarles sobre lo que tienen más cerca del corazón y desearles unas lindas vacaciones.

Autora: Nadja Baeva / RML

Editor: José Ospina Valencia

Fonte: DW, 20 jul 2010

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